Da igual la calidad de la comida, que era buena (tanto el restaurante como el pica pica posterior), lo importante hoy era que mi abuela hacía 90 años, que nos reunió a toda la família, y que lo hacía en plenitud de facultades físicas y mentales.
Decir, ya que es un bloc de cocina, que no se considera una buena cocinera, pero sus tallarinas pasadas por la sartén con mantequilla i salsa de tomate casera eran difícilmente superables.
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