Creo que puedo asegurar que he conseguido los tres objetivos
que buscaba, o mejor dicho los dos objetivos más el extra.
He comido más sano. El simple hecho de no comer carne, no
mejora la dieta, pero el cambio filosófico hace que cada comida sea más
estudiada. Ya de por sí, una hamburguesa de tofu es más sana que una grasienta
(y suculenta) hamburguesa de ternera. O el evitar embutidos grasos, bacons y
demás. Mi mujer lo ha notado menos, a mí sí me ha parecido que mi salud mejoraba,
quizás porque yo habitualmente me cuido menos que ella. A nivel deportivo he
mejorado, pero no estoy seguro que mi dieta sea el desequilibrante.
He aprendido mucho y he disfrutado. Creo que era el
principal objetivo, descubrir nuevos ingredientes, nuevas recetas, disfrutar
más de las verduras, y eso lo he conseguido con creces. Es uno de las herencias
que me deja este mes.
Y el extra es que he perdido peso. Realmente la pérdida de
peso era posible pero no probable, muchas dietas son proteicas y especialmente por
la noche, donde los hidratos favorecen la acumulación de grasas, es difícil
saber qué cocinar. A base de tofu, ensaladas y verduras salteadas (tienen
hidratos pero menos que la pasta) he conseguido perder peso. Es cierto que es
una época en que estoy haciendo mucho deporte así que el posible exceso de
hidratos los quemaba fácilmente, no puedo asegurar, pues, que con una dieta
vegetariana se consiga perder peso.
Las mayores dificultades que he encontrado, mucho más que no
poder disfrutar de ciertas carnes o embutidos, ha sido la de comer fuera,
especialmente al mediodía y en el trabajo. Muchas veces los restaurantes no están
preparados de manera que mis comidas se
basaban en dos primeros platos.
Creo que con esto contesto a la gente que me preguntaba si
valía la pena, el resultado ha sido claramente positivo. No voy a convertirme
en vegetariano, pero sí creo voy a comer mejor a partir de ahora y repetiré la
experiencia en futuros meses.
Noodles en el Restaurante Indochine |
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