miércoles, 8 de enero de 2014

Restaurante Château de Brangoly

Tenía muchas ganas de hablar de este peculiar restaurante cerca de Latour de Carol, en la Cerdaña francesa. Fuimos en agosto, es recomendable ir al mediodía para gozar de su montañoso y tranquilo entorno, pero quieríamos un poco de romanticismo y elegimos la noche para una cena. Se trata de una table d'hôtes o lo que es lo mismo un menú único que sirven para los huespedes del hotel. Un entrante, segundo y postre sin posibilidad de elegir (simplemente alguna indicación en el momento de la reserva). Evidentemente pedimos que fuera sorpresa, tal cual venía nos lo explicaban.
La cena fue muy agradable, íntima y divertida. Hablaría de lo que comimos pero siempre es diferente así que vale la pena ir y dejarse llevar por lo que te sirvan. Sea lo que sea siempre se trata de una materia prima excelente, cocinada con gusto, y con una perfecta armonia entre sabores diferentes.
Hubo sólo dos detalles que no nos gustaron. El primero es simplemente una peculiaridad: tratándose de un restaurante en Francia (aunque regentado por catalanes), tendrían que tener algún vino de la región. Pedimos un Ribera del Duero llamado El arte de vivir, en cuyo tapón había palabras que te hicieran sentir bien. Buen vino.
El otro ya no es una "manía" sinó algo que creo deberían corregir. Los cafés se hacen mediante una Nespresso que teníamos al lado, se trata de un aparato terriblemente ruidoso, especialmente en un lugar tan tranquilo como el Château Brangoly.
El precio final fue de 25 euros más el vino (creo que son 20 al mediodía)
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He hablado del restaurante porque es un bloc gastronómico, pero lo que realmente vale la pena, es pasar un fin de semana o una temporada en el Hotel.

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